jueves, 17 de octubre de 2019

Casualidades ferroviarias

Hace unos años (catorce ya, parece mentira cómo pasa el tiempo) se me ocurrió plasmar en un mapa unificado todos los servicios ferroviarios de la provincia de Bizkaia, quedando el siguiente gráfico:

Aun no había presentado renfe su imagen corporativa actual, el tranvía solo llegaba hasta el Hospital de Basurto, aun moría en Sestao la Linea 2 de metro, y la 3 ni estaba ni se le esperaba. De hecho, la linea del Txorierri llegaba hasta Deusto. Pero no había (o yo no fui capaz de encontrar) ningún plano unificado de todas las lineas ferroviarias del territorio histórico. Así que me lié la manta a la cabeza para preparar esto. Yo era un pipiolillo (las vueltas que me ha dado la vida desde entonces) y mis capacidades gráficas, por ser benevolentes, algo bastante naive.

Pero esto me ha venido a la cabeza porque esta semana un compañero me ha traido lo siguiente, editado en papel por el ctb:


Un diseño más cuidado, información actualizada, datos adicionales... pero básicamente, el mismo trabajo de recopilación y unificación de información que hice hace años. Me ha tocado el corazoncito. 

Dando un par de vueltas sobre ello, he encontrado que también hay versión on-line del mismo concepto en la web del ctb. En ella, aparecen ya reflejadas las últimas novedades (el desvío de las  lineas E1 y E4 de Atxuri a Matiko), pero echo en falta un par de detalles. No aparecen en el plano los ramales, recientemente traspasados a ets, de Irauregi a Lutxana y de Basurto a Ariz. Cosa que puede tener sentido, teniendo en cuenta que no tienen servicio de viajeros. Pero tampoco aparece la línea Lutxana - Sondika, a pesar de que sí se presta en ella aun servicio de viajeros. , con una parada intermedia en Zangroiz (Sangroniz) ¿Tal vez el hecho de no haber sido 'bautizada' por EuskoTren haya tenido algo que ver? A mi me gustaría llamarla E5, y que aparezca también en ese plano. Creo que, aprovechando que vivimos en la era de twitter, voy a sugerirselo a las instituciones implicadas. :).




lunes, 4 de marzo de 2019

The age of the lies

Vivimos en la era de la mentira. La verdad no es ya un valor respetado. Da lo mismo. Cualquiera puede decir cualquier cosa, porque, total la gente le va a creer. A todos los niveles. Desde el político que miente descaradamente para conseguir votos, hasta en la vida diaria y asociativa.

Tenemos por un lado, el que escribe una cosa... luego se da cuenta de la tontería que era, y dice que no lo ha escrito. Pero así, con todo el morro, sin borrarlo siquiera. Total, qué mas dá. Su público le va a creer igualmente.

Tenemos por otro lado al que cuenta todas las mentiras que le da la gana, pero cuando le das datos que demuestran lo contrario, te afea hasta que le hables.

Caso aparte es el que te insulta cuando le demuestras que miente. Pero vamos, que aunque sea caso aparte, también existe.

Y el que más me ha "gustado" últimamente, el que me ha intentado convencer a mi de que ago que me ha pasado a mi mismo, no ha sucedido nunca. Y cuando le dices 'oye, que yo estaba allí', te dice que te mueves por intereses ocultos...

Pues no, no me muevo por intereses ocultos. Pero no soporto las injusticias. Llevo muy mal las mentiras. Y, peor aun, las mentiras que se lanzan con jeta. Sabiendo que es falso, sabiemdo que cualquiera con dos dedos de frente puede desmontarlo... pero aun así lanzándolo, porque una mentira repetida mil veces no se cnovierte en verdad... pero hará que mucha gente la crea, que es casi lo mismo.

Hace ya muchos años (¿15, tal vez?), un amigo me invitaba a meterme en política. Que tenía la capacidad, la honradez, y la buena intención necesaria para ser un buen gestor, me decía. Y, aunque tuviera razón, no soy capaz. No fui capaz entonces y no sería capaz ahora. Porque, por muy buen gestor, muy honrado, o muy bienintencionado que se sea, en política siempre va a haber un rival que te va a acusar, te va a difamar, va a lanza bulos y soflamas para arrancarte un voto. Y esas mentiras, no soy capaz de soportarlas. Ni entonces ni ahora.

Porque, además, es muy cansado. Mucho. Siempre he tenido mucha paciencia, pero no sé si es la edad o el desgaste, se me está acabando. Tanta gente con tanta jeta, tantas mentiras que desmontar, tantos capullos que además viven muchísimo más felices en la mentira que les mola... es tremendamente cansado. Supongo que los jetas lo saben, saben que al final nos vamos a cansar, y así conseguirán sus objetivos con más tranquilidad. Y creo que eso es, exactamente, lo que me ha cabreado tanto como para ponerme a escribir compulsivamente esta entrada de blog años después de su inactividad.

En fin. El mundo de la mentira no es el mío. No estoy cómodo. No me desenvuelvo bien. Pero es el que nos ha tocado. Así nos va.