miércoles, 18 de mayo de 2011

Amarrategi

Clasificación europea para el Athletic. El club prevé una fiesta, con musicota, mensajes de celebración en los videomarcadores, reparto de balones y camisetas....

Pero lo que hubo realmente fue una pitada contra el entrenador. Una pitada contra un entrenador que, ante un equipo con 10 jugadores, optó por no atacar. Por no jugar. Por, como dicen en la radio, meterse en el no-partido, en el no-futbol. Y por qué? Por los resultados. Por dar por bueno un punto, cuando no servía para nada. Por equivocarse en el cálculo del coste-beneficio...

Porque:

Opción 1 (defender el empate):

Peor de los casos (poco probable) : Perdemos el partido. Nos clasificamos porque ha perdido el español.
Mejor de los casos: Empatamos. Nos clasificamos por nuestro propio punto.

Opción 2 (buscar la victoria):

Peor de los casos (menos improbable): Perdemos el partido. Nos clasificamos porque ha perdido es Español.
Mejor de los casos: Ganamos. Nos clasificamos por nuestros propios puntos y estamos mejor ubicados para pelear por el 5º puesto, que nos va a hacer falta.

Como se ve, el peor de los casos en la opción 2, tiene el mismo resultado que el mejor de la opción 1. A qué, entonces renunciar a esa victoria, a esos puntos? ¿A cambio de nada?

Esto es lo que la gente no entendió (incluido yo). Este es el motivo de los pitos.

Y ahora dice la prensa que fue surrealista, porque se pitó la clasificación. Que el entrenador está dolido. Pues que alguien le explique, por favor, que lo que se pitó no fue la clasificacón. Que fue esto que acabo de explicar.

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