domingo, 7 de noviembre de 2010

Enfadado con el Papa

En esta vida, tengo un fuerte tabú para con las normativas, de forma que me sienta muy mal cuando algún listillo se las salta, como ya he contado alguna vez.

Pero, si algo me sienta aun peor, es que quien se dedica a poner las normas, encima después se las salte. En este caso, cuando conseguimos el Jubileo en el Año Santo compostelano de 1999, fue realizando más de 100 km a pie del camino (también eran válidos al menos 200 en bici o a caballo, o al menos 40 a pie tras una travesía en barco), asistiendo a la eucaristía de rigor (orando por las intenciones del Papa) y practicando el sacramento del perdón. Sin embargo, leo en El Correo que al Papa se la han dado por andar el último tramo del Camino, cruzar la puerta Santa, y abrazar al Apostol. Pues vaya. ¿Por qué para él las normas son diferentes?

Leo también que ha consagrado la Sagrada Familia de Barcelona... que digo yo... ¿cómo consagra un templo sin terminar? ¿Estamos tontos?

Sobre esa presunta 'defensa de la vida', prefiero no entrar demasiado, que ya lo comenté en su momento...


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los templos se consagran cuando reunen condiciones para que en ellos se celebren los cultos con normalidad sin que se necesite que esten rematadas. De hecho, practicamnte todas las grandes catedrales fueron consagradas bastante antes de que fueran terminadas del todo. Catedrales como las de Milan o Colonia se terminaron en pleno s. XX (década dels 60), siglos despues de su consagracion. Y son solo dos ejemplos. Hay bastantes más.

Fer

Inazio dijo...

Tenía que haber andado unos kilómetros más, ahí te doy la razón ...

Niretzat - Para mi dijo...

Gracias por los datos, Fer. Pero sigue pareciendome que, en l siglo XXI, no deberían mantenerse en uso estas costumbres del XV. En qué otro lugar te permiten usar una infraestructura nueva mientras duran las obras? En edificación privada, desde luego, no...