jueves, 11 de septiembre de 2008

Semana de adaptación

Esta semana ha empezado las clases mi sobrino el pequeño. Es lo que llaman la "semana de adaptación": el chaval va a clase primero media hora, luego hora y media... así se va aclimatando. De hecho, los primeros días, incluso está su padre con él, para que no sea tan duro.

Y yo no se si es maravilloso u horrible. Yo recuerdo (someramente) mi primer día de colegio. Los padres (en aquella época, mayoritariamente las madres, para qué nos vamos a engañar) nos llevaban al colegio y nos dejaban allí. Llorábamos todo lo que había que llorar, y, ale! a clase. Aclimatación ni leches. Por un lado, el sistema de ahora parece menos cruel, porque no se le enfrenta al niño directamente con un cambio brusco. Pero, por otro... a nosotros se nos enfrentaba, y tampoco nos pasaba nada. Más bien al contrario, nos curtíamos. 

Esto entronca con lo que decía el otro día sobre la comida: ¿no estamos creando una sociedad excesivamente protectora? Si no nos enfrentamos con als cosas que nos pueden dañar, tampoco podemos vencerlas. 

No hay comentarios: