martes, 13 de octubre de 2009

Trato de usted

Parece ser que a algún político iluminado (sinceramente no recuerdo ni quién, ni de qué partido, pero es que me da absolutamente lo mismo) ha pensado que para la educación de los jóvenes puede ser útil volver a tener tarimas y reinstaurar el trato de usted al profesorado.

Como parte del colectivo de profesorado, he de decir que, en mi opinión personal, ambas cosas me parecen una soberana chorrada.

La tarima es un engorro: cuando doy mis clases, suelo hacerlo andando entre los alumnos, de manera que, el tener tarima, lo único que me sirve es para obligarme a dar un salto cuando necesito para algo el encerado.

Y el trato de usted no va a conseguir lo que busca. Porque lo que es necesario es que haya cambios en el fondo, y algo tan puramente formal, tan superficial, no va a ir más allá.

Pero no solamente es eso. Yo formo parte de la generación anterior a lo que algunos dan a llamar "descerebrados de la LOGSE" (conste que no estoy de acuerdo con esa definición, pero la saco a relucir porque no hace tanto me lo espetaron como un insulto, cosa curiosa), y tengo la suerte de que me enseñaron a dominar varios tonos del idioma (e incluso varios idiomas ;) ) para en un acto concreto de comunicación, poder elegir el que más conviniera. Entre ellos, el trato respetuoso, el trato de usted.

Pues bien, hoy es el día en que, el trato de usted lo utilizo, o bien para las comunicaciones oficiales (con administraciones, escritos legales o similares), o bien para, cuando lo considero necesario, marcar cierta distancia, pero de manera que sea dominante la frialdad. El trato de tú lo prefiero para cualquier comunicación bienintencionada, de forma que, en las ocasiones que desconocidos con amistades comunes, o incluso alumnos, se dirigen a mi de usted, siempre empiezo pidiendo que me tuteen, y me permitan hacer lo propio.

Es esto una falta de respeto? En absoluto, es una muestra de cercanía, de cordialidad, de empezar con buen pie una comunicación. Sin embargo, utilizar el trato de usted para 'marcar las distancias' sí puede tener cierto componente de no respetar completamente al interlocutor...

Es por ello que no creo que imponer el uso cotidiano del tratamiento de usted vaya a conseguir nada. Porque lo importante es el fondo de autoridad, y no la forma que se le de por encima, dado que esas antiguas formas pueden llegar a significar (y por tanto a conseguir) lo contrario de lo que se pretende. Otra cosa es que se utilice, en las ocasiones necesarias, como ejercicio para que el alumno consiga dominar ese tono respetuoso. Porque cuando uno domina todos los tonos del lenguaje, puede elegir el más conveniente, acorde todo lo expuesto anteriormente, pero cuando no todos se dominan, se está limitado a lo único que se conoce. Y luego se podrán invertar excusas, pero... solo serán eso: excusas.

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