martes, 14 de diciembre de 2010

Mi fijación con el Camino

Supongo que a quienes seguís estas lineas a través de Facebook, os habrá llamado la atención cómo he pasado un tiempo antes del Puente de la Inmaculada intentando encontrar algún compañero de fatigas que quisiera compartir conmigo la experiencia de recorrer a pie la parte gallega del CAmino de Santiago. Teniendo en cuenta que requiere de 5 días andando, era mi última oportunidad de hacerlo en este Año Santo.


Terminé el Camino de Santiago por primera vez coincidiendo con el Año Santo del 99. Fuimos un grupo de 5 personas (y los 5 van a leer esta entrada, que les conozco ;) ). Fue una experiencia enorme. Recorrimos la parte gallega del Camino, desde Sarria hasta Compostela, 114 km. En 5 días. Intentamos ajustar, dentro de los días de verano que teníamos disponibles, para llegar poco después del 25 de Julio, con la esperanza de que muchos de los peregrinos que en esa fecha tan punta andaban, hicieran un esfuerzo para llegar a Santiago el propio día 25, y así nosotros encontrar algo más holgados los albergues. Craso error. No conseguimos encontrar hueco en ningún albergue. En ninguno. Dormimos en un tren en Sarria, en un polideportivo en Portomarin, en un hostal en Palas de Rei, en una tienda de campaña militar en Ribadiso de Abaixo, y, como no conseguimos nada (ni un trozo de suelo) en Arca do Pino, que es el último albergue antes del Monte do Gozo, fuimos a dormir en el pórtico de una iglesia en Lavacolla, pero se apiadaron de nosotros en un hotel.

El caso es que, a pesar de todo, la experiencia fue excepcional, y quise repetirla, de manera diferente, al año siguiente (cuando fueron mis primeros escarceos con la ansiedad, y por tanto me hacía falta una 'escapada' así). Un recorrido de Nájera a Burgos, duración parecida, y con idea de ir haciendo en meses/años siguiente hasta Galicia, dividiendo el Camino en tramos. Desgraciadamente las cosas no funcionan así, y, al no tener la sensación de cosa terminada que da tener cerca Santiago, la sensación era "Para qué seguir... qué mas da volverse a casa en Burgos que antes". Y, efectivamente, después de dos días, y dos etapas (Nájera - Santo Domingo - Belorado), la sensación de indiferencia nos pudo, y cogimos un bus hasta Burgos (sí, en aquella época aun soportaba los viajes en bus), y un Talgo III de vuelta a casa.

Han pasado más de 10 años desde aquel mágico verano de 1999. Y quiero repetir. El problema (me comenta uno de los compañeros de entonces) es que soy 10 años más viejo, estoy peor entrenado, y puede que haya cogido 100 o 200 gramos de peso desde entonces (se nota la fina ironía, verdad?). Pero los recuerdos se hacen cada vez más difusos, y solo van quedando nociones sueltas, paisajes inconexos. Y quiero volver a agruparlos, renovar mi experiencia.

Por si eso fuera poco, después de los sucesos de 2008, realicé 3 promesas, y aun sólo he podido cumplir dos. No hace falta remarcar que la tercera es volver al Camino, y me está empezando a entrar la prisa, porque tengo la sensación de que mi vida no va a volver a la normalidad hasta que no cumpla. Y tengo ganas de las dos cosas.

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